"Cuando los ciudadanos se desentienden de la política...
...pueden llegar al poder políticos que se desentiendan de los ciudadanos".

jueves, 17 de noviembre de 2011

¡Las elecciones son un cuento! (La "fabulosa" historia de la campaña)

ABSTRACT (RESUMEN): ¿Hartos de la campaña electoral? ¿Hartos de los cuentos de los políticos? Pues, digo yo, vamos a ser originales: ¿porqué no mezclar campaña con los cuentos? Ahí van las


FÁBULAS para contar en la (tienda de) CAMPAÑA


El cuento de Pedro y el lobo:
Érase una vez un niño llamado Pedro. Pedro dijo en el '96 "que viene el lobo, que viene el lobo"... y perdió las elecciones. Pedro dijo en mayo del '11 "que viene el lobo, que viene el lobo"... y perdió las elecciones. Así pues, el lobo ganó las elecciones y, como los animales no hablan, nadie supo qué iba a hacer hasta que lo hizo. Preguntáronse entonces los aldeanos: ¿Elegimos a un niño, inconstante por naturaleza y famoso por sus mentiras; o a un lobo, temido por sus silencios y demasiado fuerte como para pararle los pies si le entra el hambre?


El cuento de la cigarra y la hormiga:

Érase una vez una cigarra que nació en el verano. Como toda la comida era abundante no se preocupó demasiado por cómo conseguirla y ahorrarla. Hasta hizo grandes pasteles de civilizaciones con salsas de chequebebés. Cuando llegó el otoño dijo: "Esto son las noches de agosto, que a veces refrescan". Llegó el invierno y se murió de hambre.

Mientras tanto había un hormiguero en el que tampoco habían hecho nada por prepararse para el invierno. Así fue que le preguntaron las hormigas obreras a la hormiga reina cómo evitar que les pasara lo que a la cigarra. Ésta les dijo que había que generar trabajo para todas las obreras para así tener comida con la que alimentar su trabajo. Las obreras no entendieron nada pero, total, como era la reina y no había otra opción, obedecieron. Salieron a buscar comida sin haber comido y muchas murieron.
A todo esto que pasaron una mariposa rosa y un gusano verde junto al hormiguero y, viéndoles con hambre, les preguntaron a las que estaban en la puerta: "¿queréis comida?". A éstas les pareció muy bien y comieron, pero Tele-hormiguero no transmitió la noticia por todo el resto del oscuro hormiguero, por lo que ninguna otra se enteró de que había comida a la salida de los túneles.


El cuento de Caperucita Roja:

Érase una niña que iba vestida de rojo. Yendo por el bosque camino de su abuelita, llamada Ciudadanía, se encontró con un lobo llamado Neoliberalismo. Y le dijo: "si echas por el camino de la derecha, llegarás mucho antes". Así lo hizo y resultó que, como el camino transcurría por Cataluña, había un peaje llamado Bancos, a los que tuvo que dejar todo su dinero para pasar. Mientras tanto el lobo llegó a casa de la abuelita por otro camino y se la comió. Cuando Caperucita llegó el lobo se puso la ropa de la abuelita y se hizo pasar por ella. Caperucita, extrañada por el cambio le preguntó:
-Abuelita, qué desigualdades más grandes tienes.
-Es para ser para ser más competitiva.


-Abuelita, qué impuestos más bajos tienes.
-Es para que me los pueda gastar yo mejor en lo que me apetezca. -Respondió el lobo.


-Abuelita, que pensiones más bajas tienes.
-Es porque me gustan más los seguros privados.
-Abuelita, qué contratos más afilados tienes.
-Es para flexibilizarte mejor.

Entonces el lobo, cuando hubo convencido a Caperucita y esta estaba despistada, se la comió.
Lo que el lobo no sabía era que la abuela, que no tenía acceso a la sanidad pública, estaba muy malita cuando se la comió. El lobo pilló una indigestión y también murió.

El cuento de lechera:

Iba Mariana por el sendero de la montaña, con un cántaro de leche para vender a los mercados. Y, como los sondeos le habían dicho que se lo iban a comprar seguro, se puso a pensar en qué haría con lo que le dieran por él. Le iba contando a su amiga Votanta que con el dinero que le dieran invertiría en algo muy rentable y se haría rica. En esto que Votanta le preguntó que en qué invertiría ella. Mariana le respondió que en algo rentable. Votanta le preguntó que qué era rentable y Mariana le respondió que algo que diera dinero. Votanta le preguntó que qué creía Mariana que podría dar dinero, y ésta le contestó que algo rentable.
Tan ocupada estaba Mariana en convencer a Votanta que se le había olvidado en qué tenía pensado invertir la leche. Votanta, tan ocupada que estaba en la conversación, no vio una piedra en el camino y se calló por un barranco.


El cuento de los cuatro cerditos:
Érase una vez cuatro familias de cerditos. La primera vivía en una casita muy bonita pintada de azul, la segunda en una casita muy bonita pintada de rojo, la tercera en varias casitas que estaba un poco más alejadas y la cuarta en una casita pintada de otro color.

Un día llegó un lobo muy malo llamado Crisis. Se acercó a la casita roja y empezó a echar la puerta abajo. Los niños, asustados, le preguntaron a papá cerdito que cómo se iban a escapar y él respondió: ¿Lobo, qué lobo? Yo no veo ninguno. El lobo entró y se lo comió.

Los que pudieron escapar, correiron hacia la casita azul, que desde fuera parecía la más sólida, le preguntaron a los que estaban dentro si allí podrían salvarse y desde dentro les contestaron: "Claro que sí, pero no os diremos cómo para que el lobo no lo oiga". Al cabo del rato llegó el lobo y empezó a romper la puerta. Entonces los pequeños cerditos preguntaron al otro papá cerdito cómo iban a salvarse y él respondió: Abriré la puerta, que no estamos como para comprar otra nueva, y dejaré que la mano invisible de los mercados decida: si vosotros tenéis más hambre que el lobo la lógica dice que seréis vosotros los que os lo comáis. El lobo entró y se los comió.
Los que sobrevivieron corrieron a las casitas que estaban un poco más lejos. Les preguntaron a los que allí vivían si podrían entrar y éstos les respondieron que sólo si hablaban el idioma de esa familia. Algunos lo sabían y otros no. Los que no se quedaron fuera y el lobo se los comió. Los que lo sabían entraron. Entonces el lobo se dispuso a entrar. Los niños, una vez más, preguntaron a papá cerdito cómo iban a salvarse y él respondió: "nuestra casa es tan pequeña que podemos vigilarla mejor y el lobo no entrará". Sin embargo, se le olvidó lo de la piscina. Como en esa familia de cerditos cada uno tenía su casa, cada uno se construyó una piscina, un jardín y una barbacoa para él solo (en lugar de una para toda la familia). El problema fue que con el dinero que gastaron en todas esas piscinas, tuvieron que comprar una puerta muy barata, el lobo la rompió fácilmente y se los comió.

Los pocos que se salvaron corrieron a la casita que estaba pintada de otro color y preguntaron si podían dejarles entrar. Y los que allí vivían respondieron: os abriríamos la puerta gustosos, pero la ley electoral nos lo prohíbe. El lobo llegó y se los comió.

Y, para acabar, ya puestos con la fábula. Hagamos un suponer:
Si la opinión pública hiciera que la prioridad del futuro gobierno fuera la gestión de los zoos, ésta sería la campaña electoral:
-PP: ¿Como mejoramos el zoo? Consiguiendo más recaudación. ¿Cómo conseguimos más recaudación? Con un zoo mejor al que venga más gente. También hace falta austeridad en el zoo, hace falta quitar animales, ya veremos cuáles más adelante... 
-PSOE: ¡Cuidado, que El PP quiere privatizar los zoos!
-IU: El PSOE ha vendido el zoo a los mercados, se ha quedado solo con las especies que la gente visitaba, dejando olvidadas las que no daban ninguna ganancia al zoo.
-UPyD: El problema es que cada departamento se organiza por su cuenta y al final perdemos dinero en duplicidades evitables. Tenemos una tienda de regalos en el acuario, otra donde los monos, otra donde los pájaros, otra donde los lagartos...
-Equo: Los zoos son maltrato animal y la zona de los pingüínos no es energéticamente sostenible. Hay que reconvertir los zoos en un espacio sin animales, en el que sea el visitante el que decida qué metemos en su lugar y con placas solares en el techo.
-PNV-CIU: El problema es que la administración del zoo se lleva el dinero que recaudan los espectáculos con delfines para pagar el mantenimiento de los lagartos.
-ERC-BNG-Amaiur: La administración del zoo reprime los sentimientos diferenciados de los ornitólogos y los ictólogos, que como todo el mundo sabe, han sido históricamente obligados a convivir con los aficionados a reptiles y mamíferos.