"Cuando los ciudadanos se desentienden de la política...
...pueden llegar al poder políticos que se desentiendan de los ciudadanos".

viernes, 14 de junio de 2013

El quién es quién de la guerra en Siria. O por qué occidente no ha intervenido hasta ahora.

ABSTRACT (RESUMEN): La guerra en Siria se ha convertido en realidad es bastante más complejo que este dibujo (aunque tiene su punto). Hay dos bandos, sí; el del dictador y el de los rebeldes/oposición. Pero en ambos bandos hay diversas facciones con intereses muy diversos que se han aliado a veces casi por casualidad y conveniencia (salvando las distancias, un poco como en la guerra civil española). Sin ánimo de ser exhaustivo en el análisis, este artículo presenta el escenario geo-estratégico básico para comprender la guerra; siempre teniendo en cuenta que la información que nos llega no es completa ni actualizada y que los matices son innumerables.

  • Al bando del dictador (Bashar al-Assad) lo apoyan:
-Rusia, que vende armas al dictador y le ayuda diplomáticamente (por ejemplo vetando resoluciones en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas) como una manera de hacerle la contra a EEUU. Tiene intereses en el petróleo de la zona y en ciertos oleoductos. Para Rusia, el dictador es una garantía de estabilidad y un aliado desde hace tiempo. Piensan que cualquier cambio puede dejarles sin influencia en la zona. Además, Rusia siente que EEUU y sus aliados intervinieron en Libia mucho más allá de lo que Rusia permitió en el Consejo de Seguridad. Rusia piensa que es peligroso para sus intereses que EEUU interprete el caso Libio como un precedente internacional y esta vez quiere ser más tajante en su bloqueo. Por si fuera poco, a todo esto se añade que el bando rebelde es mayoritariamente suní (un tipo de islam), misma religión que profesan los chechenos (pueblo que ha intentado varias veces independizarse de Rusia por la vía armada)... Aunque el conflicto checheno hace años que dejó su fase más truculenta, "rebeldes+armados+suníes" son palabras que los rusos no quieren ver juntas.
-Irán, que apoya con múltiples recursos, incluidos los militares. Irán es de religión chií (un tipo de islam) y el dictador es alauí (un tipo de chiismo). Tiene en común con el dictador su miedo a las revueltas pro-democracia de los últimos años como amenaza a su poder autoritario. Asimismo, de ganar el dictador, Irán aseguraría su influencia en la zona (recursos naturales-económicos incluidos). 
-Hezbolá, un grupo armado chií (terrorista para occidente) del Líbano, que está financiado por Irán y aporta al dictador soldados. Harán lo que haga Irán. Entienden la guerra como un conflicto entre etnias y facciones religiosas (al estilo de la guerra del Líbano).
*A estas fuerzas se le han sumado milicianos de diversos orígenes: kurdos (PKK), Iraquíes (chiíes), Palestinos extremistas, etc.
-La minoría alauí de Siria, confesión a la que pertenece el dictador. Temen que las demás etnias (que no medraron tanto durante la dictadura) se venguen contra ellos si cae Al-Assad.
-Parte de los cristianos sirios (que son muchos, por cierto, aunque minoría), que temen que si ganan los rebeldes (muchos de ellos extremistas islamistas) se les quiten derechos (curiosamente, el dictador era uno de los garantes de la libertad de cultos y los cristianos no estaban más oprimidos que cualquier otro colectivo).
*Algunos sectores que inicialmente se alinearon con los rebeldes ahora han vuelto a apoyar al dictador tras el temor de que tomen el poder ciertas secciones fundamentalistas del bando rebelde.
*Otros países se han posicionado en contra de intervenciones favorables a la oposición y han defendido el estatus quo (lo que viene a ser, al dictador). Entre estos países tenemos, entre otros, a varios conocidos del antiamericanismo, como Cuba o Venezuela y a un semi-aliado ruso como es China en todo lo que sea la defensa de dictaduras y la oposición a EEUU.
  • A la oposición la apoyan:
-Arabia Saudí y las monarquías árabes suníes (un tipo de islam), ya que son enemigos de Irán y la mayoría de la población siria (y de los rebeldes) es también suní. Temen que si el dictador gana, Irán amplie su área de influencia, teniendo un arco de aliados con territorios continuos en Líbano-Siria-Irán.
-La parte (mayoría) de la población suní de Siria. 
-La minoría laicista pro-democracia y derechos humanos (y digamos, progresista al estilo de la primavera árabe) de la población siria. Todo esto empezó cuando, hace dos años, se reprimieron brutalmente las manifestaciones de este sector de la población y una parte de ellos tomaron las armas para derrocar al dictador.
-Buena parte de la minoría kurda, que ve en la guerra una oportunidad de ganar una gran autonomía para sus territorios.
-Una parte del ejército sirio, que se ha vuelto contra el dictador (pertenencientes sobretodo a los anteriormente citados grupos) y que encabezan el llamado Ejército Libre de Siria.
-Al-Qaeda. Sí, Al-Qaeda son suníes, y están deseando que caiga el dictador para, aprovechando el caos de la guerra y las instituciones débiles de la post-guerra, hacerse con el control de varias regiones en las que puedan implantar su modelo de sociedad estilo talibanes de Afganistán. Van un poco por libre y, de hecho, el temor a ellos ha hecho que algunos sectores que antes apoyaban a los rebeldes ahora casi que prefieran la opresión del dictador que la de los talibanes. En cualquier caso, no suponen más que una minoría del bando rebelde y, en gran parte, se trata de fuerzas de origen extranjero.
-También hay otros grupos suníes extremistas que no son técnicamente Al-Qaeda, pero que se le parecen. Son un parte importante aunque no mayoritaria de la fuerza militar de los rebeldes.
-La OTAN (EEUU, Reino Unido, Francia, España, Turquía, etc.). Por un lado la OTAN es enemiga de Irán (que está en el otro bando) y  EEUU es aliado de Arabia Saudí. No debemos caer en la tentación de equiparar Siria con lo ocurrido en Libia (donde los bandos eran dos, razonablemente sencillos y ninguno especialmente bien armado). Si en Siria no han intervenido hasta ahora es porque no se tiene muy claro qué quiere hacer con el país la oposición/rebeldes si gana la guerra. EEUU temía hacer ganar a unos rebeldes que luego acaben creando otro Afganistán: sí, en teoría democrático, pero un caos incontrolable donde florezcan los extremistas tipo Al-Qaeda. Siria tiene recursos naturales interesantes, pero quizás no merezca la pena ni a los occidentales más avariciosos meterse en esta guerra por ellos, al estilo de Irak. Entrar en guerra con Irán no es cualquier cosa, y todo podría complicarse mucho más si entrara EEUU en la partida con tropas propias sobre el terreno. Una parte de la oposición nos pide a gritos que les ayudemos para evitar ser aplastados por el dictador (como ya ha hecho en numerosas ciudades que los rebeldes habían tomado), otra nos mira con recelo. De momento, EEUU ha anunciado ayuda en equipos militares y en cuanto al dominio aéreo.
*La UE, en particular, acaba recientemente de permitir que se vendan armas a los rebeldes (y prohíbe que se haga al dictador), pero nada más -ayuda humanitaria a parte-. Como organización está claro que no entrará en ningún conflicto armado, pero Francia y Reino Unido podrían sumarse a intervención estadounidense. En cualquier caso, lo veo menos probable en el caso de Francia. Francia acaba de salir de Mali y Hollande no está como para jugarse su popularidad a una tercera guerra en poco tiempo (mucho más difícil que las anteriores). Además, la UE no puede dejar de comprender la ambigua situación de los cristianos sirios que, sin ser particularmente partidarios del dictador, ven con mayor temor si cabe la incertidumbre que pudiera seguirle.
*Turquía, que es parte de la OTAN, podría entrar en la guerra por el bando de los rebeldes (provocaciones de los sirios no han faltado, ataques fronterizos incluidos). En teoría no parece descabellado que quiera fomentar la democracia entre sus vecinos, siendo como es el país que de referencia en la región como modelo de democracia musulmana moderna. Sin embargo, no lo ha hecho porque no ve claro que tenga nada que ganar con ello y sí mucho que perder (por ejemplo, que los kurdos -un pueblo independentista que vive a caballo entre Turquía, Siria e Iraq- aproveche la confusión para afianzar sus posiciones, justo ahora que parecía que el PKK iba a dejar las armas). Turquía, recordemos, puede obligar a EEUU y el resto de la OTAN a entrar en la guerra si se ven amenazadas sus fronteras (aunque hasta ahora se ha valido por sí misma para repeler los ataques que ha sufrido). Si quieren un "casus belli", no les costará encontrarlo.
*Otros países árabes de reciente democracia como Túnez, Egipto o Libia (suníes, por cierto) también han dado apoyo diplomático a los rebeldes (que son "hermanos" de la primavera árabe), pero están demasiado débiles como para prestarles apoyo militar.
*Israel es otro cabo suelto. En teoría podría entrar si lo hiciese EEUU, aunque en ocasiones va por libre; teniendo en cuenta que el dictador es apoyado por sus archienemigos: Irán y Hezbollá. Es más, ya han habido varias batallas entre las fuerzas de éste y las de Israel en la región fronteriza y disputada de "Los Altos del Golán". Sin embargo, lo más probable es que Israel se limite a mantener su influencia en esa zona, sin aventurarse más profundamente en el conflicto sirio.



En definitiva, el conflicto sirio es muchísimo más complejo que el de Libia (un conflicto entre tribus, pero de la misma religión; en el que el dictador apenas tuvo aliados, salvo algunos tuaregs). Decía al principio que me recuerda, salvando las distancias, a la guerra civil española de 1936-39, en la que se amalgamaron a facciones muy diversas y hasta opuestas tanto en un bando (como eran el comunismo, el anarquismo y el progresismo democrático) como en el otro (como eran los tradicionalistas carlistas, los revolucionarios falangistas y ciertos poderes económicos). Es más, no olvidemos que también en Siria hay muchos combatientes que luchan simplemente "en el bando que les ha tocado" por razones geográficas o religiosas, pero que probablemente abandonarían el frente si les dejaran (como ha ocurrido a menudo en el bando del dictador). Como añadidura, otro punto de similitud es la participación de brigadistas voluntarios internacionales en ambos bandos, que ven el conflicto como un tablero en el que se juega una partida a mayor escala (suníes contra chiíes, religiosos contra laicos, democracias contra dictaduras...). Como broche, vemos también como cada bando cuenta con el apoyo desigual de diversas potencias extranjeras que apoyan militar, económica o diplomáticamente.

A la hora de entender por qué EEUU y los demás occidentales no hemos intervenido con tropas ya que si lo hiciéramos (del lado de los rebeldes, se entiende) se darían situaciones tan irónicas como que la OTAN y Al-Qaeda estarían luchando contra el mismo enemigo. Al igual que EEUU no apoyó a los republicanos españoles porque prefería a un dictador que a un hipotético gobierno comunista, ahora teme apoyar con tropas (aunque ya lo hace actualmente con equipamientos y próximamente quizás con su fuerza aérea) a los rebeldes, por temor a cargar con las culpas de un hipotético estado fallido y base para el terrorismo fundamentalista.
Pero no solo los occidentales estamos sujetos a estos dilemas. Las monarquías árabes, que son regímenes absolutistas (o casi), están apoyando a unos rebeldes que quieren derrocar a un dictador para implantar la democracia, principalmente para ganar influencia frente a su archienemigo, Irán. Algo así como cuando las monarquías absolutas de Francia y España apoyaron a los estadounidenses a independizarse, con tal de perjudicar a Inglaterra. Quizás acaben sentando un peligroso precedente que se les vuelva en contra el futuro... como les ocurrió a Francia y España. La historia es tozuda y le gusta repetirse.

domingo, 20 de mayo de 2012

Cuidado con los eurófobos que van de salvadores.


ABSTRACT (RESUMEN): Últimamente circula por la web un vídeo de un europarlamentario euroescéptico que en un supuesto alarde de sinceridad arremete contra todo lo habido y por haber en la Unión Europea. Pues bien, lejos de deslumbrado por su (muy buena) oratoria, quisiera desmontar, punto por punto; por qué lo califico abiertamente de demagogia. Juzguen ustedes.



Nigel Farage es un político británico. Lidera el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), partido político de derechas, nacionalista y anti-europeo (está en el eurogrupo parlamentario EFD, junto con la extrema derecha italiana [Liga Norte], la finlandesa [Los Verdaderos Finlandeses] y algunas más) con representación institucional, sobre todo en el Parlamento Europeo, que aboga por la separación del Reino Unido de la Unión Europea.

DEMAGOGIA. Ese es el comentario que me merece esta intervención. Por las siguientes razones:

1. En primer lugar este eurodiputado no dice lo que dice por casualidad o por "un alarde de sinceridad". Sino que suelta todo el discurso eurófobo que su partido viene defendiendo desde su fundación. Es un discurso muy viejo y bien preparado para captar votos para su partido. De esponteneidad nada.

2. La hipocresía es ya importante cuando critica a la Unión Europea por no reaccionar a la crisis rápidamente. Cuando no lo ha hecho básicamente porque los euroescépticos se han negado una y otra vez a ceder más competencias al Parlamento y a la Comisión europeos. Piden apagar los fuegos pero se niegan a dar al bombero la manguera. 

3. Y su brillante oratoria casi me convence de sus críticas al nivel de democracia de la UE si no fuera porque la única razón por la que el Presidente de la UE no es elegido directamente por los ciudadanos es porque ESTE Eurodiputado y todos los demás eurófobos lo han impedido (frente a los diputados federalistas europeístas que lo piden desde hace tiempo). Vota en contra de que los ciudadanos tengan poder de voto directo (y no indirecto a través de gobiernos nacionales y europarlamentarios como ahora) para nombrar al Presidente europeo y luego le critica por no serlo por elección directa.

4. Se apropia de la verdad absoluta en momentos en los que da su opinión (ideológicamente orientada) como cuando suelta lo de "cualquier persona objetiva dirá que el euro es un fracaso"; cuando en realidad lleva siendo un éxito hasta hace dos años (en los que ha entrado en problemas por la falta de respuestas ante los especuladores, pero no por tener mayores problemas propios que el dólar, que viene de un país con mayor déficit que la media europea). Eso sin contar el logro que supone para la mobilidad entre países para ciudadanos y empresas.

5. Ni que decir tiene el populismo de cara a sus votantes británicos del "fantasma del imperialismo alemán", haciendo como que los alemanes poco menos que van a imponer a los niños británicos estudiar en alemán en las escuelas y comer salchichas de Frankfurt. El colmo ya es cuando habla de la "sangre que se derramó para evitar el dominio alemán de Europa". Pues bien, en realidad fue sangre que se derramó por culpa de los nacionalismos, contra los que Europa se creó. La Unión no es contra Alemania, ni contra Francia, (ni siquiera contra el Reino Unido,) sino contra el "sálvese quien pueda" de los nacionalismos antagónicos.

6. Se le olvida comentar que los gobiernos de Papandreu y Berlusconi cayeron porque SUS parlamentos nacionales les retiraron la confianza (A Berlusconi en concreto quien le hizo caer fue la Liga Norte, por cierto, socios de grupo parlamentario de este señor del vídeo). No porque un señor muy malo de Bruselas decidió jugar al Padrino versión europea.

7. La simplificación (para mí insultante) a la que reduce todo dice mucho sobre el trasfondo intelectual de su programa político: "ellos son los villanos", "nosotros somos los ciudadanos objetivos", etc.


Casi cuela. Una lástima que tenga los conocimientos suficientes sobre el funcionamiento legal y político de la Unión Europea como para saber que la mayoría de las cosas que los euroescépticos critican de ella son consecuencia de que ellos mismos se oponen a darle al Parlamento Europeo las competencias para resolverlas. Una jugada redonda, vaya.

lunes, 14 de mayo de 2012

Borrón y cuenta nueva, revoluciones y otros cuentos populares

ABSTRACT (RESUMEN): Después de meses de escuchar cómo los mensajes "antisistema" y anti-europeos aumentan en número y volumen, hoy ya he tenido suficiente. Quisiera dedicar esta breve entrada a todos aquellos que escuchan embelesados los cantos de sirena del "borrón y cuenta nueva"; que, como en la Odisea, solo conducen hacia las rocas. Tras cumplirse el primer año del movimiento 15-M, quisiera recordar que la mayoría de los que lo apoyamos entonces seguimos indignados. Pero no como anti-sistemas, sino como cambia-sistemas. Sobre esta diferencia tratará mi artículo; a nivel estatal, pero también europeo.

El desencadenante de este artículo es una carta abierta al presidente español que últimamente circula por internet. Tras unas críticas más o menos acertadas a las contradicciones, mentiras y desaciertos del gobierno de Mariano Rajoy, concluye de la siguente manera:


"Solo le deseo que si algún día la sociedad se rebela, salimos a la calle, tomamos los poderes públicos, proclamamos una Asamblea Constituyente, convocamos un referéndum sobre la forma de Estado, disolvemos los partidos actuales y los obligamos a refundarse en partidos que atiendan a las ideologías políticas y no a las económicas, establecemos un sistema de elecciones realmente democráticas, nos salimos de la moneda alemana (llamada también euro) y establecemos pactos bilaterales con los países importantes, invertimos en educación e investigación. Si todo eso pasa y empieza con una mecha que la sociedad enciende. Si pasa y asaltamos su palacete en la Moncloa, ojalá usted esté ya camino del exilio en Berlín. "

Pues bien, solo digo una cosa, cuidado con no confundir una buena crítica con una buena propuesta.

Este señor tiene razón en estar indignado con las mentiras y las medidas de Rajoy. Pero eso no convierte a algunas de sus propuestas en menos absurdas y contraproducentes de lo que son.

A lo largo de la historia, cuando hay graves problemas en una sociedad, a menudo una parte de la población se siente tentada al "borrón y cuenta nueva" como panacea que todo lo soluciona. Sin embargo, la historia, tozuda, nos recuerda que en la mayoría de las ocasiones el cambio es a peor; que las prisas revolucionarias solo llevan a excesos, a nuevas élites que escapan al control de los ciudadanos que las auparon, a errores de cálculo que se multiplican al sustituir a los expertos por el "todopoderoso" sentido común popular (que cada uno tiene el suyo, variando con las pasiones de cada día) y a ciudadanos defraudados por promesas hechas con mucho corazón y poca cabeza.

Si una ley es injusta, se puede cambiar. Si cien leyes son injustas, se pueden cambiar. Nadie dijo que fuera fácil, eso sí. Negar que hay personas con más capacidad que otras de influir en la sociedad sería no ver la realidad. Negar que estamos en una democracia, a pesar de los poderes económicos y mediáticos, sería no conocer cómo funciona nuestro sistema (bueno, o no creer en la idea de la democracia representativa, pero esa ya es otro debate).
"Una asamblea constituyente" decía el artículo. Suponiendo que ésta nos dará una mejor constitución que la que ya tenemos. Ignorando que hoy en día no existe el consenso que se logró durante la Transición. O lo que es lo mismo, que una constitución escrita "de cero" ahora mismo tendría menos apoyos que los que tuvo la del '78. El pueblo, a diferencia de lo que ciertas ideologías extremas propugnan (a derecha e izquierda, por cierto) no está de acuerdo en la mayoría de las cosas. Los consensos en algo a nivel nacional son la excepción, y no la regla. Ninguna organización es capaz de funcionar a largo plazo a base de consensos, sea cual sea su sistema de funcionamiento. Llega el momento en el que la mayoría tiene que tomar una decisión con la que la minoría no está de acuerdo. Minoría que a su vez quedará protegida de abusos de la mayoría, gracias a los contrapesos institucionales pulidos durante siglos hasta su forma actual (a base de ensayo y error). Protegida de la mayoría, no confundir con de acuerdo.

Lo que no admitimos a veces es que la democracia representativa, cuenta, por definición, con un margen de discrepancia. Y esto es bueno. Minimizar la discrepancia sólo se consigue con represión o con parálisis (no hacer nunca nada concreto para no contrariar a nadie). Es por esto que desconfío de proclamas que contraponen "el sistema político establecido" a "el pueblo". Pues bien, resulta que la "sociedad" no es una más que en términos de análisis, nunca en términos de acción política. Jamás en la historia una revolución ha sido llevada a cabo por "la sociedad", ni por "el pueblo". Todas ellas han sido llevadas a cabo por vanguardias políticas (los liberales y los habitantes de París en la revolución francesa, los afiliados del partido comunista en sus respectivas revoluciones, los líderes religiosos en Irán, los nacionalistas hinduístas en la India, el ejército en Portugal (y en muchos otros sitios), etc.). Vanguardias no necesariamente representativas de la mayoría de la población (que, por lo general, lo único que quiere es que la dejen tranquila). No digo que esto último sea ni bueno ni malo. Simplemente que es y siempre ha sido así. Las vanguardias no son la punta de lanza (los más valientes) del pueblo. Son las que, ellas solitas, empiezan y acaban las revueltas (ya sea para colocarse ellas en el lugar de los antiguos gobernantes, ya sea para fracasar en el intento).

El problema, y eso es lo que se nos escapa a veces con la -lógica- indignación a flor de piel, es que nuestras ideas no tienen por qué ser mayoritarias y, con el borrón y cuenta nueva, nos arriesgamos a que los ciudadanos apoyen una "cuenta nueva", justo en el sentido contrario al que nosotros queremos. Así que cuando oigo hablar de "salir de la Europa neoliberal y del euro" se me ocurre una pregunta ¿De qué color son los gobiernos nacionales de la mayoría de Europa?

La Unión Europea hace políticas de derechas, simple y llanamente porque la gente ha votado más a la derecha que a la izquierda en el Parlamento Europeo y en sus parlamentos nacionales. La Unión no tiene ideología, es, como todas las instituciones occidentales, un instrumento al servicio de quienes salgan de las urnas (nacionales o europeas, según el caso). Es decir, que hoy está al servicio de la derecha porque la gente, mayoritariamente, apoya a la derecha. Si mañana a todo el mundo le diera por votar a los partidos ecologistas en Europa, ésta se convertiría en un instrumento de políticas verdes (bueno, más de lo que ya lo es). Otra cosa es que a la gente le de por ahí, pero ese ya es otro debate.

Salirse de la Unión porque no nos gustan sus medidas económicas es como un murciano de izquierdas que pidiera la independencia de España porque el gobierno nacional es de derechas, olvidando que el de su región, también lo es (y quizás más), por lo que la independencia, llevaría, obviamente, a un gobierno igualmente (o más) de derechas, solo que con menos margen de maniobra ante una economía globalizada.

...Y yo me pregunto. Si el "enemigo" son los especuladores, y estos son internacionales, ¿Por qué narices nos empeñamos en reforzar los gobiernos nacionales, que, por definición, no tienen capacidad para actuar sobre fuerzas que estén fuera de su territorio?

Los gobiernos vienen y van, las ideologías mayoritarias se convierten en minoritarias con los años. Los líderes cambian y los discursos evolucionan. Si tuviéramos que exiliarnos del país o sublevarnos contra el Estado entero (como en otras épocas) cada vez que el gobierno es contrario a nuestras ideas, no quedaría ya gente en nuestras ciudades.

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El pasado día 9 de mayo (el poco conocido Día de Europa), pude celebrar el 62 aniversario de la Declaración de Schuman (primera piedra de la construcción europea) asistiendo a una sesión del Parlamento Europeo en Bruselas. Desde el Presidente del Parlamento Europeo, pasando por los líderes de los partidos europeos; todos pronunciaron, para este especial día, un discurso sobre el futuro y el sentido de Europa.
Lógicamente, esto apenas salió en los medios españoles (como la mayoría de lo que ocurre en Bruselas). Sin embargo, muchos ciudadanos españoles (y muchos indignados) se sorprenderían de lo de acuerdo que podrían llegar a estar con al menos 3 o 4 de los 8 portavoces que hablaron. Los medios de comunicación sólo nos hablan de una Europa dominada por Merkel, como si no existiera una Europa distinta. 

Yo soy europeísta. Así de claro. Y sin embargo, por mis estudios (derecho y ciencias políticas) he podido conocer (legal y políticamente) todos los puntos débiles de la Unión Europea. En mi opinión la UE tiene un importante déficit democrático (esto afortunadamente mejora cuantas más competencias se ceden al Parlamento Europeo, pero aún queda mucho camino por andar), funciona excesivamente lenta (cuando no está paralizada) en muchos aspectos (básicamente por la negativa de muchos gobiernos nacionales a unificar competencias a nivel europeo) y dirige sus políticas económicas a una ideología que no es la mía. Y sin embargo, no por ello soy menos europeísta ...al igual que un estadounidense del partido demócrata no se sentirá menos americano si gana las elecciones el candidato republicano (neoliberal, ultraconservador y homófobo, entre otras cosas). Simple y llanamente, protestará contra él e intentará que en las próximas elecciones quien gobierne sea de una ideología más similar a la suya para que así mejoren las cosas.

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PD. Adjunto a continuación la traducción al español de un discurso sobre Europa que merece la pena ser leído. Otra Europa es posible. Pero sin Europa, no hay futuro.

[Discurso de Martin Schulz, Presidente del Parlamento Europeo (Partido Socialista Europeo), con motivo del día de Europa. 9 de Mayo de 2012]

Aquí algunos extractos:
«¡Nunca jamás otra guerra!», se prometieron a sí mismos hace más de 60 años hombres y mujeres que habían sufrido dos devastadoras guerras mundiales. (...)

¿Acaso algo simboliza mejor a Europa que la posibilidad de trabajar, vivir y viajar libremente? Para la generación Erasmus, se trata de un derecho evidente que hacemos realidad todos los días: la libertad de movimiento en un espacio sin fronteras ni control de pasaportes. ¿Y vamos a permitir que nos arrebaten ese derecho? Q
uien se atreva a tocar el espacio Schengen socavará los cimientos mismos de la Unión Europea.

Lo que necesitamos para resolver los problemas no es precisamente el repliegue dentro de las fronteras de los Estados nacionales, sino una actuación conjunta y solidaria para controlar las fronteras exteriores de la UE y una gobernanza común del espacio Schengen a nivel de la Unión.

El euro se introdujo para unir a los pueblos de Europa; y ahora corremos el riesgo de que se convierta en un símbolo de los egoísmos nacionales, o incluso de la división.

La vuelta a las divisas nacionales provocaría pérdidas políticas y económicas de fatales consecuencias. En lugar de un actor global con una moneda de reserva de importancia mundial, regresaríamos a los reinos de taifas, con la consiguiente pérdida de relevancia política a escala mundial.

Solo podremos avanzar si caminamos juntos. Para ello, y después de las medidas de austeridad, necesitamos ahora iniciativas que fomenten el crecimiento.

¡Hace ya mucho tiempo que esta Cámara viene pidiendo un pacto de crecimiento! (...)

Hace 60 años que empezó una revolución tranquila que estaba destinada a cambiar el mundo para siempre. Europa ha demostrado que es posible conjugar la democracia, la justicia, la libertad y la solidaridad en nuestro modelo social europeo.

Un modelo que se caracteriza por la libertad de prensa y la independencia de la justicia, por las prestaciones sanitarias y de jubilación, por el libre acceso a la formación y la oportunidad de ascenso para todos, por la democracia parlamentaria y la participación política, por la igualdad de derechos y el reconocimiento legal de los derechos civiles, por las normas sociales y ambientales más elevadas en todo el mundo. Y por la prohibición del trabajo infantil y de la pena de muerte. (...)

Esta es la sociedad en la que quiero vivir. (...) Nada nos garantiza que podamos gozar eternamente del actual sistema de vida. Necesitamos Europa precisamente para defender nuestro modelo democrático y social en tiempos de globalización. No podemos permitirnos el lujo de considerar todo lo conseguido hasta hoy como algo caído del cielo: habrá que seguir luchando por ello día tras día.