"Cuando los ciudadanos se desentienden de la política...
...pueden llegar al poder políticos que se desentiendan de los ciudadanos".

domingo, 27 de febrero de 2011

Revoluciones árabes. 2ª parte. El papel de Occidente.

ABSTRACT (RESUMEN): ¿Está justificado apoyar a un dictador extranjero si con eso se beneficia tu país? La serie de revoluciones y protestas en países árabes de las últimas semanas nos sirven de recordatorio a nuestra propia política exterior, basada en una doble moral: apoyar  en teoría los movimentos pro-democracia; y apoyar en la práctica a los dictadores de oriente próximo con la esperanza de que su opresión incluyese a los islamistas radicales, que tanto miedo nos dan.


*Este artículo es continuación y complemento del anterior, sobre las causas de esta oleada revolucionaria:
http://politicaenlacornisa.blogspot.com/2011/02/las-revoluciones-arabes-1-parte-como.html

EEUU y Europa Occidental llevaron un doble juego durante décadas: por un lado apoyaban moralmente a los demócratas y criticaban a las dictaduras, por otro lado apoyaban a cualquier gobierno que les ayudase a frenar el avance del comunismo (y eso incluía las dictaduras árabes). Con el fin de los últimos colonialismos de Francia en África y una vez acabada la guerra fría, Occidente encontró en las dictaduras militares el aliado ideal en la lucha contra el terrorismo tipo Al-Qaeda, el nuevo enemigo. Eran regímenes que ayudaban y no ponían las pegas que hubiera puesto la opinión pública de una democracia. Sin embargo, un análisis en profundidad demuestra que gran parte de la animadversión hacia Occidente por los árabes nació, además de por el apoyo a Israel, en este apoyo a los dictadores. Este factor junto con una pobreza a la que nadie se molestó en poner remedio, han sido quizás el mayor aliciente para el radicalismo: hambre y enemigos a los que culpar; perfecto.



  • Los extremistas, las dictaduras y el pragmatismo:
Yihadismo, este es sin duda el mayor culpable del beneplácito europeo y americano para que ciertos dictadores de países musulmanes se mantengan en el poder. Tanto Ben Ali en Túnez, como Mubarak en Egipto, Sadam Hussein en su momento en Irak, Ali Abdalá Saleh en Yemen, Gaddafi en Libia, Abdelaziz Bouteflika en Argelia... eso sin tener en cuenta las todopoderosas familias reales de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kuwait, etc. Todos estos regímenes sin el menor atisbo de democracia eran vistos con buenos ojos por EEUU y la mayor parte de países de la UE ya que, a pesar de que oprimían a sus ciudadanos, de paso mantenían a raya a los islamistas radicales. A todo esto me pregunto: ¿está justificado apoyar a un dictador o hacer la vista gorda ante sus injusticias a cambio de que controle a los terroristas? Podríamos responder "¡no, la dictadura está siempre mal!" Pero la respuesta no es siempre tan fácil.

Aquí es donde debemos diferenciar entre países y países. No es lo mismo Túnez, en el que hay una oposición laica (aunque también haya una islamista), que Emiratos Árabes Unidos, donde no existe una sociedad civil educada y donde lo más organizado que hay después del Estado son las organizaciones religiosas. Además, es dudoso que el yihadismo se combata con dictaduras, ya que éste se nutre de gente pobre y desencantada con sus gobernantes. En muchos países árabes el islamismo radical es la única salida que la mayoría de la gente normal encuentra para canalizar sus protestas hacia el gobierno. No es que la población sea especialmente extremista (aunque a veces sí lo es), sino que el alto analfabetismo imposibilita una clase media informada y educada (lo cual es indispensable para un movimiento laico que separe Estado de religión).

Especialmente interesante al respecto es el siguiente comentario del historiador y escritor Anthony Pagden, entrevistado recientemente por El País:

P. ¿Cree que la idea del islam como un movimiento libertario más que como una religión podría seducir a los musulmanes más moderados para que se unan a la lucha contra Occidente?
R. "Sí. Los indicios apuntan claramente a que muchos se han visto arrastrados al islam radical, al igual que los jóvenes furiosos y marginados de Europa se vieron atraídos en los años sesenta y setenta por el marxismo, no tanto por su contenido, sobre el que sabían muy poco, al igual que la mayoría de los yihadistas musulmanes parecen conocer muy poco sobre el islam, sino porque ofrecía un medio sencillo y violento para atacar a quienes consideraban por varias razones responsables de sus penurias. Gilles Keppel, el erudito islámico de origen francés, afirma con rotundidad que Al Qaeda se parece más a las Brigadas Rojas italianas o la Baader-Meinhof alemana que a una cruzada religiosa. Y, por supuesto, como ocurría con las Brigadas Rojas y la Baader Meinhof, los yihadistas islámicos son una minoría pequeña aunque muy peligrosa cuyas creencias no reflejan las de la mayoría de los musulmanes, ya sean moderados o de otra índole."
Precisamente también en El País un artículo trataba el caso de Al Qaeda, que puede salir muy perjudicada de toda esta oleada de revueltas democráticas, pues perdería su excusa de que la única lucha posible contra los dictadores es la suya:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/cadena/revoluciones/arrolla/Qaeda/elpepuint/20110303elpepiint_8/Tes

Una vez tenemos todo esto en mente, cabe sostener que los métodos más efectivos en la lucha contra el radicalismo religioso son: el crecimiento económico y la mejora de la educación. Sin embargo, estos deben preceder a los avances democráticos. Una democracia plena en un país analfabeto y radicalizado es una lotería que, probablemente, no duraría más allá de lo que algún grupo tardase en hacerse con el poder y perpetuarse por la fuerza en él.
No podemos ser ni ingenuos creyéndonos que sólo hay que relacionarse con las democracias, pues los ciudadanos de un país dictatorial no tienen por qué tener la culpa de su gobierno sea así. ¿Debemos negarnos a comerciar con ellos y así hundir sus economías? Si hiciéramos eso ¿quién lo pasaría peor, los dirigentes o la gente normal? ¿De qué le ha servido a Cuba que les bloqueemos durante décadas? ¿Acaso eso ha hundido el régimen? El caso de Túnez precisamente nos muestra que los países en mayor contacto con Occidente son los que más rápidamente evolucionan hacia la democracia.
Tampoco debemos hacernos los ciegos. Una cosa es comerciar con un país y otra venderle armas o negarnos a criticar sus políticas o a apoyar a su oposición. Nada de esto es fácil ni hay fórmulas mágicas. Si nosotros no vendemos armas a China, pues lo hará EEUU o Rusia o se las harán ellos solos. No vamos a cambiar nada por negarnos a vendérselas (salvo que perderemos dinero, lógicamente). Sin embargo, la cosa cambia en casos como el de Libia; pues si ahora mismo vendiésemos armas a Gadafi sabríamos a ciencia cierta que las usaría para masacrar a los opositores (y eso es imposible de justificar éticamente). Otro caso dudoso: si apoyamos a la oposición de un país quizás luego el gobierno no nos ayude a nosotros cuando de verdad lo necesitemos (lucha antiterrorista, secuestro de nuestros ciudadanos, etc.). Es muy fácil poner en el punto de mira a un gobernante que no haga lo idealmente ético. Sin embargo, cuando uno está en el gobierno debe tomar decisiones, y es nunca es fácil; es lo que llamamos "la razón de Estado". Tal es el caso del terrorismo, del que nos acordamos cuando pasa algo... pero no nos fijamos en cuando no pasa nada; es decir, cuando un inmenso aparato de inteligencia, espionaje, policía y diplomacia funcionan sin que jamás nos enteremos. Un ejemplo de un exceso de este pragmatismo es Israel y su "realismo político", el extremo del "todo vale" al que tampoco hay que llegar (véase su apoyo a Mubarak, su nula voluntad de negociar con Palestina, etc.). Cuando temes ser destruido en cualquier momento, los valores morales se los guarda uno donde no los vea.
Lo que no tiene justificación es la total cooperación que algunos políticos han tenido con estos regímenes dictatoriales (véase el polémico caso francés). La UE (tanto sus países por separado como la Unión en sí) deberían tomar consciencia de su error y ser más selectivos de ahora en adelante eligiendo socios y aliados.


Yendo a lo concreto, estas últimas semanas, viendo los precedentes de Túnez y Egipto, se podría haber sido bastante más contundente en las declaraciones y en las acciones contra Libia, Bahrein, Argelia, Yemen, etc. De hecho, la UE ya ha decretado la prohibición de venta de armas a Libia, así como la congelación provisional de los cuantiosos fondos que Gadafi y sus allegados tenían en nuestros países. Una resolución de la ONU ha denunciado la represión Libia y ha demandado acciones en la misma línea que las de la UE. A pesar de lo tardía que pueda parecer esta resolución de Naciones Unidas, en realidad se trata de un récord de rapidez en la respuesta -siempre dificultada por China y Rusia- a situaciones de genocidio (como el de Darfur) o crímenes de guerra.

  • Los deberes para Occidente:
Ahora bien, visto ya lo que se ha hecho, vayamos a lo práctico. ¿Qué debe hacer Occidente de ahora en adelante?
  • 1. Ayuda humanitaria.
Si queremos empezar a redimirnos por nuestros errores del pasado, este es el momento. Países como Libia están en plena guerra civil. Si la respuesta humanitaria (que ya se está organizando desde la UE) consigue estar a la altura de las circunstancias, quizás los árabes consigan vernos como potenciales nuevos amigos, en lugar de como "esos que tan contentos estaban con nuestro dictador".
  • 2. Asesoramiento legal y político.
Levantar una democracia desde cero no es tarea fácil, y menos en países como Libia en el que ni tan siquiera existen partidos políticos o Parlamento (en Egipto, aunque estaban reprimidos por el régimen, al menos existían). Debemos compartir con ellos nuestra experiencia y nuestros recursos institucionales. Un buen ejemplo es el de delegaciones como la de la UE que visitó recientemente Túnez con esta finalidad.
  • 3. Mayor firmeza contra las dictaduras:
Debemos replantearnos nuestra bochornosa complacencia con ciertos regímenes. La cuestión asomó la cabeza tras la incapacidad de Occidente para darse cuenta de lo que ocurría en Túnez. La UE ya ha suspendido sus negociaciones bilaterales su con el régimen libio, pero esto llega quizás más tarde de lo que podría haber llegado. Lo que sirve para Libia debería poder servir para Yemen o Argelia. Nuestra relación con los países no democráticos se ha supeditado demasiado a la economía. Sin llegar a ser ingenuos, hay que dejar de hacernos los sordos y los ciegos cuando los países democráticos nos relacionamos por el mundo. Ahora bien; ¿cómo sobreponernos a nuestros intereses comerciales a la hora de la verdad? Un artículo de Jordi Vaquer para El País sugiere una interesante reflexión:
"Cada crisis llevaría a un país distinto de la UE a titubear: así como Libia es demasiado importante para Italia, Marruecos lo es para España, Argelia para Francia, Omán para Reino Unido, Jordania para países amigos de Israel como Alemania. Solo una postura acordada previamente, activada automáticamente contra cualquier Gobierno que entre en una espiral de represión violenta, puede sacar a Europa de la vergonzosa parálisis con la que asistimos a los acontecimientos de ayer."
  • 4. Ayuda a largo plazo y mayor acercamiento político a las democracias.
La UE tiene los mecanismos y la capacidad para premiar a los países que alcancen la democracia. La figura del "Estatuto avanzado", en el marco de nuestra Política de Vecindad, es un buen ejemplo. Como ya han declarado varios dirigentes de la Unión, este es el momento de demostrar que Europa recompensa con beneficios políticos, económicos y comerciales a los pueblos que alcanzan la democracia. Le dimos con demasiada alegría este Estatuto a Marruecos y quizás debiéramos reflexionar para que estar asociado a Europa sea un privilegio de las democracias, un premio a quienes respeten los derechos humanos; y no un mero instrumento comercial.

  • 5. Replantearnos nuestra islamofobia.
Para que nuestros gobiernos puedan normalizar sus relaciones con el mundo árabe primero deben ser los ciudadanos los que cambien su mentalidad. Nuestro lógico miedo al terrorismo, a lo largo de los años se ha ido mezclando (ayudado por el desconocimiento y el alarmismo intencionado de los medios) con la xenofobia, el racismo y el rechazo a los inmigrantes... creando el venenoso cóctel de la islamofobia. Ahora podemos, de una vez por todas, acabar con ese velo de prejuicios. Ahora sabemos que la inmensa mayoría de la gente en el norte de áfrica quiere la democracia y no el sistema Irán. Ahora sabemos que el terrorismo se nutre más de la pobreza, la opresión y la ignorancia que del fervor religioso. Utilicemos este nuevo conocimiento. Utilicémoslo para que nuestros gobiernos aprendan a luchar contra el terrorismo; para que aprendan a atacarlo con el desarrollo económico, la democracia y la alfabetización; para que nunca más un Gadafi nos vuelva convencer de que él es el mal menor, porque no lo es. El peligro de que ciertos territorios caigan bajo poder de radicales existe, no es mi intención negarlo; sin embargo, debemos mirar con perspectiva qué estrategia es más útil para la imagen de Europa en el Magreb: si la de amigos del opresor, o la de amigos de la democracia.

Incluyo un fragmento de una entrevista a Rachid Ganuchi, líder del partido islámico que hay en Túnez, "En Nahda":
-¿Qué proyecto tiene En Nahda para Túnez?
-"La democracia con todo lo que eso conlleva, elecciones libres, libertad de expresión, etcétera"
-¿No es usted islamista?
-"La democracia es compatible con el islam", responde sin titubear.
-¿Acepta el estatuto de la mujer vigente en Túnez, el más avanzado del mundo árabe?
-"Lo acatamos ya en 1988".

  • ¿Y qué pasa con el resto del mundo?
Pareciera que, con la actual saturación de noticias sobre esta ola de revueltas, no hay dictaduras más allá del mundo árabe. Si estamos replanteándonos nuestra relación con las dictaduras árabes... ¿por qué no lo hacemos también con las del resto del mundo? La respuesta rápida es fácil: porque la opinión pública no ejerce la suficiente presión al respecto. Y si ahora hablamos de Egipto o de Argelia es porque los medios lo sacan (dicho sea de paso, no por un interés informativo sino por lo bien que quedan en la tele las masas de manifestantes, los coches ardiendo y las batallas policiales).*
*Sobre la falta de rigurosidad de los medios y su falseamiento de la realidad, véase mi anterior entrada:
http://politicaenlacornisa.blogspot.com/2010/12/informativos-o-la-berlusconizacion-del.html


Admitámoslo; prácticamente nadie elige su voto en base a la política exterior que defiende cada candidato. Quitando algún partido muy minoritario como PUM+J,* la política exterior no suele ser parte central de ninguna campaña electoral, salvo excepciones coyunturales como el caso de la OTAN con Felipe González o la guerra de Irak con Aznar. Además, las posiciones de la izquierda española (piénsese aquí en IU), en teoría más enfocadas a una política exterior pacifista y contraria al apoyo de dictaduras; se ve desautorizada por la doble moral que existe con países como Cuba o Venezuela. Si IU quiere representar de verdad a la izquierda pacifista, va a tener que revisar sus dogmas ideológicos sobre el comunismo en el mundo... si no quieren que los verdes acaben robándoles la bandera del pacifismo y del altermundismo. Eso si al final consiguen ponerse de acuerdo entre ellos (habrá que ver qué pasa con la llamada Equo). De entre todos los partidos que podríamos llamar socialdemócratas, sólo UPyD parece movilizarse abiertamente contra la dictadura cubana (de hecho son los únicos que tienen en la cabecera de su página web un apartado exclusivo para Cuba, así como otro para el caso del Sáhara, al que prestan especial atención). Por lo demás, la política exterior del PP de Rajoy y del PSOE de Zapatero viene a ser básicamente la misma, en gran parte condicionada por la responsabilidad y la moderación en sus posturas; característica lógica de quien opta a gobernar un país. En cuanto a los nacionalistas, suelen caracterizarse por una total indiferencia hacia este ámbito de la política.
*"Por Un Mundo Más Justo". Véase al respecto mi anterior entrada sobre partidos políticos minoritarios:
http://politicaenlacornisa.blogspot.com/2011/01/la-otra-papeleta-partidos-politicos.html


Para darnos cuenta de hasta qué punto llega la hipocresía de Occidente, veamos dos ejemplos (de tantos):
-A finales de Enero, en pleno auge de las revueltas árabes. El presidente (dictador) de Uzbekistán visitaba Europa para firmar acuerdos energéticos y estratégicos con el presidente de la OTAN (entre otros). Sólo H. Van Rompuy, presidente de la UE se negó a recibirlo.
-En el mismo momento en el que caía el régimen de Mubarak y Europa felicitaba a los egipcios por sus avances hacia la democracia, el implacable dictador-cleptócrata de Guinea Ecuatorial -Teodoro Obiang- era recibido calurosamente por las autoridades españolas durante un viaje oficial por nuestro país. La visita ha sido devuelta por Bono, el presidente del Congreso.

  • Conclusión:
Lo único que nos separa de China o de Rusia en la política internacional es que a nosotros nos importa lo que le pase a la población de los demás países. Europa es actualmente el mayor promotor de los derechos humanos en el mundo (y el único con capacidad para hacer algo al respecto). Este debe ser nuestro sello de identidad en el mundo. EEUU es el líder militar del mundo, China va camino de ser el líder económico, Japón se conoce por su tecnología y otros países tienen el petróleo. Europa tiene la posibilidad de ser el líder en derechos humanos del mundo, el adalid de la democracia, el referente para toda sociedad con ansias de libertades individuales, bienestar social y derechos políticos. No podemos permitirnos perder esta baza.
EEUU es democrático y tiene poder, pero en la lucha por los derechos humanos poco podemos esperar de un país que ni siquiera reconoce la autoridad del Tribunal Penal Internacional. Sudamérica ha avanzado muchísimo en su camino democratizador, pero no tiene poder ni coordinación para influir en el mundo, fuera de su propio ámbito regional. Japón vive y deja vivir. E India, la mayor democracia del mundo, demasiados problemas tiene para sí misma como para ponerse a pelear por los derechos de los demás pueblos del planeta.
No debemos olvidar que la Unión Europea es la única que tiene la capacidad económica, militar e institucional para sostener la lucha global por los derechos humanos y por la democracia. Hace cincuenta años del fin de los imperios coloniales. Es el momento de una política exterior valiente, que nos redima de siglos de colonialismo. Europa es el único lugar del mundo en el que la opinión pública está mayoritariamente a favor de una política exterior basada en principios y no en resultados. Las revoluciones árabes nos han enseñado que la democracia se abre paso a pesar de Occidente. Debemos y podemos cambiar el paradigma de la 'real politik'. Debemos y podemos luchar por mejorar este mundo; porque si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará.

6 comentarios:

  1. el articulo ha sido muy profesional almenos vas sacando luces, pero y me pregunto hasta cuando acabara el colonialismo? y la opresion de los mas debiles?.el libro verde de gadafi es my interesante desde mi punto de vista seria la politica correcta.en realidad libia era un estado , sin presidente , el poder estaba en el pueblo,cada clan conocia su cultura y los respetaban,libia era un pais con un indice de desarrollo muy alto, el mas alto de africa con una gran renta percapita, la gente vivia bien prueba de ello habia muchos extranjeros egipcios y tunezinos, un ejrcito unido esto era un verdadero estado y ahora vais los occidentales y lo jodeis todo, os interesa una dictadura titere,la independencia mo ha llegado , no queria pertener al tribunal penal inernacional poruq es un tribunal de eeuu e israel, la onu no es la onu la onu es europa, usa y judios.liba era laico respetaba la libertad religiosa, cada clan es un clan . a occidente les duele que otros prosperen. se ha endominazado a gadafi, el queria la unidad de su pais. es un hombre valiente y no creo que lo hace por dinero es solo por dignidad, lo ha dicho claro prefiero morir como un martir que ver luego sufrir a su pueblo

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  2. Madre mía, "Europa el motor moral"... Pero qué FRIKI eres...

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  3. Al primer comentario: obviamente no compartimos el punto de vista y ahí no me puedo meter, simplemente quería comentar una cosa concreta: si libia era uno de los países con mayor índice de desarrollo humano de África era porque tenían muchísimo petróleo para repartir entre poca población; fue un golpe de suerte, no el resultado de la pericia de sus gobernantes.

    Al segundo comentario: tienes razón, ahora que lo he leído quedaba rarísimo escrito XD, me expresé mal, me refería al la tradición de respeto a los derechos humanos, ahora aparece así en la entrada.

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  4. Se desprende de la nota que en general encuadra con cierta logica el tema de las relaciones entre paises. Solo algo no tan claro. Israel no pernece a los paises democraticos? Porque lo caracteriza como el malo de la pelicula?

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  5. ¿Está justificado apoyar a un dictador extranjero si con eso se beneficia tu país?
    Esa es la pregunta.
    Lo de beneficiarse es por el momento, a la larga resulta contraproducente. USA tiene petroleo, pero le sale mas barato comprarlo, que perforar sus propios pozos en Alaska, por ejemplo. Entonces yo te apoyo a cambio me hago de la vista gorda a tus abusos, le dira al oido del dictador en turno. En estos momentos hay una quema de banderas americanas en paises africanos, el pretexto es la religion, pero puede ser que en el fondo, no se olvida el apoyo a las bestias negras que un dia los oprimieron. Y los oprimen.
    Una posible solucion seria otra forma de energia, se dice que ya existe la formula para obtenerla. Con tanto adelanto, no es posible que no exista. Ahora existe ademas del petroleo, el coltan.

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  6. Me refiero al coltan como pretexto para apoyar dictaduras, no como energia.

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