"Cuando los ciudadanos se desentienden de la política...
...pueden llegar al poder políticos que se desentiendan de los ciudadanos".

viernes, 4 de febrero de 2011

Las revoluciones árabes. 1ª parte. Cómo, dónde y por qué.

ABSTRACT (RESUMEN): Túnez, Egipto, Yemen... La oleada de revueltas en varios países árabes contra sus respectivos dictadores se ha extendido más de lo que muchos habíamos previsto. Intentemos descubrir por qué.

Todo empezó hace unos días, tras la revuelta en Túnez que se acabó convirtiendo en toda una revolución que ha conseguido derrocar a Ben Ali, el dictador que llevaba 23 años en el cargo. Entonces muchos de los que seguimos la política internacional nos sorprendimos gratamente de que se demostrase lo que siempre habíamos sostenido: un país árabe y musulmán puede alcanzar la democracia por sí mismo, sin necesidad de intervención de los occidentales (¡oh, salvadores de la libertad!). Pero, al mismo tiempo, sin poder evitarlo, tampoco albergábamos demasiadas esperanzas en un movimiento político tan espontáneo y circunstancial.
En aquel momento muchos, yo por lo menos, consideramos a Túnez más como una excepción y un curioso precedente, que como el principio de algo más grande. Nos equivocamos. La que llamaban "revuelta del pan", una mera sucesión de protestas por lo mal que iba la economía, acabó siendo un movimiento pro-democracia y revolucionario. ¿Por qué? ¿Por qué no se quedó en críticas al desempleo? ¿Por qué acabó el ejército dejando de obedecer al dictador cuando éste le ordenó reprimir a los manifestantes? ¿Hasta dónde va a extenderse esta oleada de protestas reformistas?


  • Las revueltas de enero en el mundo árabe, un resumen:
Para quienes no hayan seguido mucho las noticias en el último mes (que es cuando todo esto ha ocurrido) o para quienes sólo hayan escuchado algunas noticias sueltas sobre las revueltas, aquí va un pequeño resumen de qué pasó (o, mejor dicho, qué está pasando todavía):


-Túnez: Aquí empezó todo. Mohamed Bouazizi, de 26 años y vendedor de frutas ambulante,  decidió quemarse a lo bonzo después de que la policía le retirase su licencia para la venta (su único medio de subsistencia). Murió y su muerte fue la gota que colmó el vaso. Las protestas por su muerte congregaron a todos aquellos asfixiados por la situación económica, a los jóvenes parados incluso tras acabar sus carreras universitarias, a los que estaban hartos de la corrupción y la ineficacia de la dictadura... y finalmente a quienes querían libertades políticas y reformas democráticas. Fue como una bola de nieve. Los cientos se hicieron miles y los miles cientos de miles. Ben Alí, el dictador, huyó finalmente del país cuando las fuerzas de seguridad estatales le dijeron que no tenían la menor intención de reprimir a los manifestantes, su pueblo en definitiva, sus familias de hecho. La oposición se ha reunido y actualmente está creando un gobierno de transición, una comisión constituyente para una nueva Constitución, etc. Sin embargo, aún solucionando los problemas políticos y legales, la pobreza y la corrupción necesitarán algo más que un cambio de régimen para desaparecer.


-Egipto: Tras las primeras protestas en Túnez en Egipto empezaron a salir "imitadores". Con el ejemplo del éxito del primero, en Egipto las manifestaciones fueron cobrando fuerza y más fuerza. Antiguos opositores exiliados volvieron al país, los manifestantes se fueron acumulando en el centro de El Cairo hasta que el Ejército declaró definitivamente que consideraba "legítimas" las demandas del pueblo y prometió no reprimir las protestas. Fue esta falta de apoyos lo que forzó al presidente Mubarak a anunciar que no se volverá a presentar a las elecciones (esas en que siempre, por alguna casualidad, ganaba siempre el mismo partido). Esta oferta no ha sido suficiente para la gente que se concentra desde hace días en El Cairo, que sólo se contentará con su dimisión y una transición a la democracia. Las últimas noticias hablan de grupos de matones pro-Mubarak que intentan por la fuerza disolver a los manifestantes (ya que el ejército no lo piensa hacer). Sin embargo, no parece que estos últimos intentos violentos vayan a salvar a Mubarak.*
*PD. Una semana después de escribir este artículo, el 11/02/2011, Mubarak dimitió definitivamente de su cargo, dejando el poder en manos del ejército (que ya ha anunciado que a su vez se lo cederá al primer gobierno que salga de las elecciones democráticas, las cuales se prevén para dentro de unos cinco o seis meses).


-Yemen: tras una serie de protestas motivadas por lo ocurrido en Túnez y Egipto, el presidente (léase el dictador Ali Abdalá Saleh) ha anunciado que no ampliará su mandato. Si bien las manifestaciones en Yemen apenas han reunido unos pocos miles de personas (en lugar de los cientos de miles de los otros países), el régimen yemení ha temido un desarrollo similar al de sus colegas dictadores y ha preferido adelantarse a los acontecimientos. De momento, los yemeníes, que no se fían precisamente mucho de la promesa de Saleh, continúan las protestas hasta que éste se vaya definitivamente.
PD. Un par de semanas después de escribir este artículo, las protestas continúan. Ahora, el dictador ha convocado a ciertas tribus que le son leales para que se enfrenten ellas a los manifestantes. La violencia ha causado varias muertes mientras el tamaño de las protestas no hace sino aumentar.


-Jordania: Siguiendo los anteriores ejemplos, una serie de protestas parecidas han provocado que el Rey Abdalá II, temiéndose lo peor, haya anunciado reformas (antes de que el pueblo le obligue a tomarlas las impulsa él y así queda bien). El gobierno ha sido disuelto y el rey ha nombrado nuevo primer ministro; han sido también tomadas varias medidas económicas sobre precios y salarios. A diferencia de Egipto o Túnez, las protestas de Jordania no eran una revolución para derrocar al rey o al gobierno. La gente que se manifestaba lo que hacía era, mayoritariamente, pedir al rey que llevase a cabo reformas económicas y políticas (como que el presidente lo nombre el parlamento, etc.). Por el momento parece que lo van a acabar consiguiendo.


-Argelia: han habido algunos intentos de manifestación (por lo general juveniles y violentos) y se han imitado las desesperadas protestas a lo bonzo, sin embargo no parece haber habido tanta repercusión como en el país vecino. En la memoria de los argelinos flota todavía el miedo a la violencia de una cruenta guerra civil que ya tuvieron que padecer no hace tanto tiempo. De todos modos, el presidente-dictador, Abdelaziz Bouteflika, tiene 73 años y no es descabellado que el pueblo aproveche el momento de la necesaria sucesión para acabar con el régimen. Como medida para calmar los ánimos el gobierno ha anunciado una serie de reformas políticas (legalización de partidos y manifestaciones, etc.). Mientras tanto, manifestaciones y represión continúan su pugna.


-Marruecos: algunos imitadores se han prendido a lo bonzo y alguna protesta se ha dejado ver, pero no parece que este país vaya a seguir la senda tunecina. En parte esto es porque, si bien no es una democracia, Marruecos tampoco es una dictadura tan represiva como la que tenía Túnez. Marruecos parece haber iniciado un cambio democrático "a la inglesa", es decir, a base de pequeñas reformas, sin grandes rupturas. De hecho, la democracia inglesa tardó unos doscientos años en alcanzar un estado cercano al actual, poco a poco y sin revoluciones (al menos no después de la de Cromwell). Puede que veamos en las próximas semanas manifestantes que pidan al rey alauita más libertades y más democracia, que critiquen la situación económica o al gobierno de turno, sin embargo dudo que se trate de movimiento masivos o lo suficientemente fuertes como para poner en un aprieto a las fuerzas de seguridad del Estado. Además, el prestigio que tiene la monarquía de nuestro vecino del sur (que, por si acaso, ya ha anunciado una serie de subvenciones y ayudas sociales para aplacar a la opinión pública) impediría probablemente un apoyo significativo a movimientos que criticasen su excesivo poder. *No opina lo mismo el Príncipe Mulay Hicham, tercero en la línea de sucesión, en entrevista a El País.
PD. A finales de febrero se han dado manifestaciones de unos cuantos miles de personas por todo Marruecos, sin impedimento alguno por parte de la policía o el gobierno. Parecen no haber sido todo lo multitudinarias que habría hecho falta para considerarlas el principio de algo similar a lo que ha pasado en otros países árabes. El rey ha prometido reformas, aunque no ha concretado nada.


-Siria: aunque se están planeando algunos intentos de protesta, el régimen militar sirio es bastante más estricto y poderoso que el tunecino. Será más difícil para los sirios conseguir lo de Túnez o Egipto, ya que en estos dos países el triunfo del movimiento popular se ha basado en la negativa del ejército ante la orden de reprimirlo. No está nada claro que el ejército sirio permita una revolución contra un gobierno que él mismo ha puesto. Tanto Ben Alí como Mubarak provenían del ejército, sí, pero el pueblo no los asociaba con esta institución (a la que se le sigue teniendo un gran respeto). Los ejércitos egipcio y tunecino no tienen la vinculación del sirio con el gobierno, y eso puede ser la clave de lo tenues que están siendo las protestas en Siria. Pero bueno, también tenía el ejército el poder en Portugal y fíjense en lo que pasó en abril de 1974.


-Palestina: también aquí han habido manifestaciones, en principio de apoyo a la causa egipcia. Sin embargo, el gobierno de la zona de Cisjordania, con el precedente del escándalo de los llamados "Papeles de Palestina" (que le han hecho perder mucha popularidad), ha preferido no arriesgarse y convocar elecciones municipales. El gobierno de la zona de Gaza (Hamás), por el contrario, ha reprimido a los manifestantes 'por si acaso' (no vaya a ser que se les desmadre la cosa y la gente se anime a protestar también contra ellos). Situación curiosa esta última teniendo en cuenta que probablemente el cambio de gobierno en Egipto beneficiará a Gaza si resulta en un fin del embargo comercial que hay en la frontera de ambos territorios.
PD. Diez días después de escribir este artículo el presidente Habbas disolvió el gobierno y encargó la formación de uno nuevo, pero sin pasar por el trámite parlamentario.


-Líbano: en realidad lo ocurrido en el último mes en este país no tiene nada que ver con lo de Túnez o Egipto, lo anoto para que no se confundan los conflictos. El problema de Líbano es que ha habido un cambio de gobierno, un partido (los drusos) ha pasado de apoyar en el parlamento al anterior partido en el gobierno para apoyar ahora a Hezbolá, que así logra mayoría de escaños y puede nombrar un nuevo primer ministro. Nada raro en cualquier país europeo con gobiernos de coalición. El problema es que en Líbano la oposición teme de Hezbolá (considerado grupo terrorista por EEUU y la UE, y con unas milicias propias más poderosas que el mismo ejército del país). Sin embargo, no me da la sensación de que Hezbolá quiera acaparar el poder ni realizar reformas radicales. De hecho han presentado un candidato considerado moderado como es Najib Mikati. Esperemos que el precario equilibrio religioso y político en el que siempre anda sumido este país mediterráneo no se quiebre por los miedos de unos o las ambiciones de otros.


-Irán: los intentos de manifestación han sido tardíos y severamente castigados *(en el momento de publicar este artículo aún no se había dado ninguno, esto es un añadido diez días después), aunque el Gobierno ha dicho (hipócritamente) que se alegra de estas revoluciones... pero sólo de las que ocurran fuera de su país (ya que simpatiza con parte de la oposición islamista que forma parte de aquellas). Sin embargo, no debemos olvidar que hace poco Irán tuvo su propia revuelta contra el Gobierno de Ahmadineyad (cuando éste hizo pucherazo en las elecciones de 2009) y en favor de reformas políticas (mayores libertades, democracia, etc.). No creo que fuera muy preciso llamar a aquello un intento de revolución (ya que no se pretendía, en general, un cambio de régimen sino ciertas reformas y un cambio de gobierno). No obstante, las revueltas de 2009 marcaron un precedente en Irán: se podía plantar cara públicamente al gobierno. La oposición no consiguió sus objetivos, pero la sociedad iraní tomó conciencia de su potencial reivindicativo. La base de las aspiraciones iraníes es la misma que la de los tunecinos. Si se reaviva el movimiento reformista en Irán, quizás a la segunda vaya la vencida. Pero debemos saber que la capacidad de represión de los ayatolás es mucho mayor a la de Ben Alí *(de hecho, lo hemos podido comprobar a lo largo de febrero, con los líderes opositores detenidos y los conatos de protesta aplastados). El primero dependía del ejército para mantenerse en el poder, pero los ayatolás tienen, además del ejército, una fuerza propia de acérrimos defensores del Régimen: los Guardianes de la Revolución (entre los que están los Basij, la milicia de voluntarios radicales).

-Resto del mundo árabe/musulmán: Nada. Vamos, que Arabia Saudí (que ha anunciado nimias reformas económicas nada más), Kuwait, Catar, EAU, etc. no han tenido problemas con estas revueltas del resto del mundo árabe (a pesar de no ser democráticos, además de que algunos son vecinos de Yemen). Ni hablar de Pakistán, Afganistán o Irak, envueltos en sus propios conflictos. Tampoco nada reseñable en países musulmanes africanos no mediterráneos como Sudán o Níger, ni de los países con población musulmana de los Balcanes o de las ex-repúblicas soviéticas de Asia central (entre otros). Viendo esto se nota que no debemos confundir musulmán (religión) con árabe (raza/cultura); estas son revueltas en países árabes. Si queremos hacer una lista extensiva de países musulmanes pero no árabes cabría nombrar a Bangladesh (con sus más y sus menos en democracia), así como a Indonesia y Turquía que ya son democracias (para que luego digan que Túnez será el primer país islámico democrático).
PD. Diez días después de publicar este artículo aparecieron las primeras protestas de cierta importancia en Bahrein. La represión parece estar siendo feroz, pero los manifestantes no tienen intención de ceder. El problema es que la mayor parte de los soldados del ejército son mercenarios extranjeros que no tienen ningún problema en reprimir a un pueblo que no es el suyo.
PD.2. Doce días después de la publicación, también Libia se ha sumado a las protestas. Sin embargo, la represión está siendo mucho mayor que en Egipto o Argelia. Más de mil muertos se cuentan ya por la acción policial y militar contra los manifestantes (que incluye fuego de metralletas, morteros, helicópteros, etc.). A pesar de que Internet ha sido bloqueado y se ha negado la entrada a la prensa, la información que va saliendo poco a poco habla de zonas al este del país controladas enteras por los manifestantes y una parte del ejército que a ellos se ha unido (aunque las fuerzas mercenarias de Gadafi imposibilitan un cambio de bando en bloque de todas las fuerzas armadas). Conforme avanzan los días, los opositores (en duros enfrentamientos armados que podríamos tildar de guerra civil) han ido tomando el país ciudad a ciudad, llegando incluso a dominar varias zonas de Trípoli. El mayor temor ahora mismo es que no se ve tan claro como en Túnez o Egipto qué habrá después de Gadafi, siendo la libia una sociedad tribal (en la mayor parte del país) y con mucho mayor arraigo de grupos extremistas islámicos.
PD.3. A partir del 19 de Febrero, Omán se ha sumado a las protestas, anunciando el sultán una remodelación del gobierno el día 26. Las protestas continúan y ya se han cobrado varias vidas.
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*Más información:
-Mapa interactivo de ElPaís.com con las zonas de conflicto y un resume de cada una.
-"Once artículos para entender mejor la revuelta egipcia". Interesante selección.
-Chat en ElPaís.com con un analista de oriente próximo que responde a las preguntas de los usuarios.
-Resumen de medidas de reforma que se han ido consiguiendo con estas protestas.
-Eskup en ElPaís.com. Una sección, dedicada a esta oleada de protestas en el mundo árabe, en esta herramienta que El País usa al estilo Twitter poniendo mensajitos cortos de qué está pasando en cada momento, actualizándose en tiempo real.
*Por cierto: recomiendo consultar Eskup para cualquier otro conflicto del que se quiera estar al día y que se alargue más allá de unos cuantos días.
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  • ¿Por qué ha pasado?
Desempleo, corrupción, falta de desarrollo económico y de reformas y libertades políticas son algunos de los males que comparten Túnez, Egipto y, en general, la mayoría de los países árabes donde se han dado protestas. Todo este movimiento reformista no surge de la nada, en Historia nunca se dan las cosas porque sí. Si queremos comprender esta oleada de protestas, debemos fijarnos en los puntos en común, más allá de las particularidades de cada país (que también las hay, lógicamente):

1. Son interclasistas. No se trata de un movimiento exclusivamente de intelectuales y universitarios. Tampoco sólo de pobres y excluidos. Se ha organizado en el ámbito urbano pero no es ajeno a la gente del campo. Hay funcionarios y autónomos, ricos y obreros, ancianos que ven ahora la oportunidad de hacer aquello a lo que no se atrevieron de jóvenes, padres de familia que temen el paro, madres que quieren un futuro mejor para sus hijos, jóvenes con ansias de un futuro mejor (quizás los más activos de estas movilizaciones)... En definitiva, el pueblo está por entero implicado en las revueltas.

2. Los partidos islamistas son sólo uno más de entre varios grupos opositores. En ningún caso, aunque sin duda tienen un peso considerable, han intentado tomar el control de la protesta o adueñarse de las reivindicaciones como sólo suyas. De hecho, en Túnez y Egipto los respectivos partidos islamistas y Hermanos Musulmanes ya han anunciado que, de momento, no presentarán candidato a presidente del gobierno (para no asustar a los moderados y dejar claro que no quieren una revolución islámica como la de Irán). Entre los opositores hay también nacionalistas, liberales, moderados, ONGs, asociaciones, etc. En general el ambiente es más de frente común contra el dictador que de rencillas por el poder dentro de la protesta. De hecho, una característica común de esta oleada de protesta es su carácter popular y en gran medida espontáneo. No hay un gran partido revolucionario liderando el proceso como en la revolución rusa, ni un líder carismático como en la revolución iraní. Los líderes que han ido surgiendo en estas protestas son, más que unos dirigentes, unos meros portavoces del pueblo y de una pluralidad de organizaciones independientes. Esto, aunque pudiera parecer una desventaja organizativa, no es nuevo; que se lo digan a los que asaltaron espontáneamente la Bastilla o a los que se levantaron en armas un dos de mayo de hace poco más de doscientos años. Lógicamente, alguien tendrá que llevar a cabo las reformas, pero eso ya será más tarde, el objetivo primero es la caída de los respectivos gobiernos de cada país.
PD. Todo esto no quita que los Hermanos Musulmanes sigan teniendo una visión muy conservadora del islam, habiendo declarado que la instauración de la sharía (o "ley islámica") sigue siendo una de sus pretensiones políticas, como publica el diario Público.

3. La economía. Sin duda uno de los principales causantes de las movilizaciones. Si esta protesta se ha podido dar ahora y no se dio hace cinco años, con el mismo gobierno y las mismas  leyes, ha sido muy probablemente por la crisis económica. El paro y la falta de oportunidades para los jóvenes (que son la amplia mayoría de la población) han sido el combustible que ha hecho prender con mayor rapidez los años de represión que ya llevaban décadas acumulándose. De hecho, en la mayoría de los casos las primeras manifestaciones no tenían carácter político, sino contra la ineptitud de los gobiernos ante la crisis, la inflación, el paro, etc. Fue después, al verse fuertes, cuando los manifestantes empezaron a subir el tono de sus acusaciones al gobierno: de ineficaces, pasaron a llamarles corruptos, de ahí a opresores, y finalmente estallaron las ansias de libertades y democracia que durante años estuvieron esperando el momento de aflorar.

4. La corrupción y la opresión. En todos estos casos son décadas (si no siglos) lo que llevan aguantando los ciudadanos de estos países. Las promesas de independencia y laicidad que los ejércitos impusieron tras el fin del colonialismo se han demostrado insuficientes. La clase política ha ido haciendo cada vez más ostentosa su corrupción, su nepotismo, su indiferencia por las clases populares. Todos han sufrido en sus carnes o en la de familiares y amigos la censura, la represión de ideas, la opresión en definitiva. No es una cosa menor. No es una cosa a la que uno se acostumbre con el tiempo, como no les impidió a los franceses hacer su revolución el hecho de haber estado oprimidos desde su nacimiento. Es más, en la mayoría de los casos ha sido la represión exagerada y la muerte de manifestantes lo que ha hecho que las protestas tomen aún más fuerza (véase el caso de Bahrein o Libia).

5. El acceso a la información y la educación. Aunque Túnez y Egipto llevan la delantera, en general muchos de los países árabes cuentan con un acceso generalizado a la educación, con una incipiente formación universitaria (con sus más y sus menos según el país, pero en todos existente) y con un acceso generalizado a fuentes de información externas. No es que todo el mundo tenga ordenador con internet en su casa, pero en las ciudades el acceso a uno o a alguien que tiene uno es relativamente fácil. El turismo, los emigrantes, internet, la televisión y el cine han aportado un mayor conocimiento de cómo es el mundo fuera de sus países, dejando poco a poco obsoleta la censura estatal. Aunque el analfabetismo es común en muchas zonas rurales, las zonas urbanas (donde se han gestado las protestas) tienen los conocimientos y los instrumentos para informarse y organizarse. No es casualidad que lo primero que hizo Mubarak tras las primeras protestas en Egipto fuese bloquear Facebook y Twitter (igual que se prohibían muchos periódicos en la época de las revoluciones liberales en Europa).

6. Autonomía e independencia. Todas las revueltas han sido originadas por los propios habitantes del país, sin injerencia externa de ningún tipo. Obviamente se han inspirado en las protestas de sus vecinos, buscando las libertades que conocen de Occidente, animados por el éxito de Túnez. Sin embargo, el movimiento reformista es propio de cada país donde surge (no como los revolucionarios de la segunda mitad del siglo XX, a menudo marionetas de Moscú o de Washington). Con el paso de los meses podremos comprobar qué es más efectivo: si dejar a los ciudadanos de un país que sean ellos quienes lo cambien... o hacer una invasión para cambiarlos a la fuerza (véase lo bien que le ha ido a Irak con ese sistema).

7. Voluntad democrática. Si bien por lo dicho anteriormente pudiera parecer que estas revueltas son más "contra" (dictadura, crisis económica, opresión...) que "a favor", he de matizar que entre los manifestantes sí hay un sentimiento constructivo. Los ciudadanos quieren un país mejor, aspiran a lo que saben que otros países tienen, y no quieren ser menos. No se están inventando nada nuevo. Conocen la democracia, saben lo que es, la quieren y lucharán por ella. Lo único que les separaba de pedirla abiertamente era el miedo (que en muchos casos ya había ido diluyéndose con protestas anteriores pero no tan exitosas como éstas). Ahora el miedo se ha roto. Triunfen o fracasen estas protestas, en la mente de estos ciudadanos de toda clase y condición quedará una idea imposible de borrar por ningún gobierno: <<Se puede. La dictadura no es invencible. Se puede. No soy el único que piensa así. Se puede. Se puede conseguir. Y, tarde o temprano, lo conseguiremos.>>
Fotos: El País.

4 comentarios:

  1. Magnífico resumen, y análisis, sigue asi. Desde ahora tienes un nuevo seguidor.

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  2. Gracias por el blog.Buen analisis

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  3. Un buen resumen... buenísimo el blog.

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  4. Genial resumen, buscaba una tarea y me encontre con este blog y lei lo que mas he podido.
    Gracias.

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