"Cuando los ciudadanos se desentienden de la política...
...pueden llegar al poder políticos que se desentiendan de los ciudadanos".

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sectas. 1ª Parte. Tus salvadoras y cada día las de más gente.


ABSTRACT (RESUMEN): A río revuelto, ganancia de pescadores. En las horas bajas a veces miramos a lo más alto en busca de atención... y es lo más bajo quien responde a la llamada. En España existen centenares de lo que pueden llamar sectas. Hay más de las que uno se imagina, créanme. Y en épocas de crisis económica las más beneficiadas de todas éstas son las llamadas "sectas económicas", cuyo funcionamiento explicaré, donde el nuevo dios es un viejo conocido: el poderoso caballero Don Dinero. 

IntroducciónHe querido traer hoy el tema de las sectas pues  me parecen uno de los muchos temas olvidados en el debate político y legislativo. Pudiera pensarse que son un problema marginal... pero si nos ponemos así no cambiaríamos nada nunca. Valga el ejemplo de las terribles muertes por violencia machista. Cuantitativamente, son unas decenas al año entre cuarenta y cinco millones de personas de un país, pero eso nunca será un argumento para no trabajar hasta que la cifra de asesinadas sea cero. Pues igual que la violencia de género era antes un tema olvidado porque se creía que era algo "privado", hoy en día apenas se habla de las sectas. Obviamente porque, por definición, se trata de organizaciones muy secretas; pero quizás también porque nadie ha sabido abordar este problema hasta ahora. Este problema que no sólo deja a personas en la ruina, sino que destruye personalidades, familias y vidas enteras.




Hace tiempo me dieron, camino a la universidad, un papelito azul en el que decía "Actividad independiente. Trabaje desde casa. Tiempo parcial o completo." Lo que me remitía a una de las miles de páginas de captación de una marca de productos de esos con imagen de naturales-exóticos-alternativos-milagrosos, la última generación de las conocidas ESTAFAS PIRAMIDALES. Y han conseguido el sueño de todo empresario, que hasta el empleado sea  el cliente.
¿Quiere ser feliz? ¿Quiere perder peso fácilmente? ¿Quiere ganar más de tres mil euros al mes y ser su propio jefe?... Venga, no me dejen en mal lugar y supongamos que sí.

En el momento en que me dieron el panfletito azul se acercaba la primavera; ese momento en el que, de repente, nos acordamos de aquella promesa de año nuevo, ya lejana, de ponernos en forma para el veranito. Vuelve la archiconocida operación bikini. Demasiado tarde para algunos, dirán los negativos y cenizos doctores; ¡pero no! Menos mal que ya están aquí… los productos milagro.

Hablemos hoy de algo que no es novedad para muchos, una empresa veterana en la materia, asentada ya en España; después de su auge, cómo no, en Estados Unidos, crisol de los vendedores a domicilio. Su nombre... pues es algo así como "vida de hierba o hierba de la vida" pero en inglés. Pero esto es lo de menos, mi intención es hoy genérica e igual vale para cualquier empresa de similares circunstancias.

Esta empresa internacional se basa en el llamado “sistema multinivel”, una eufemística evolución –por ahora legal- de las estructuras piramidales. En una estructura piramidal la persona (A) que quiere unirse debe pagar una cuota de ingreso a aquel que le convenció a entrar (B), de este dinero B se queda una parte y da otra a C, quien le convenció a él; y así hasta llegar a los fundadores de la “pirámide” (en la que los pocos que están arriba se benefician del trabajo de la masa por debajo de ellos, de ahí su nombre). La diferencia es que en el sistema piramidal se paga por entrar y en el multinivel se paga a un distribuidor particular por una serie de productos (en teoría para revenderlos luego tú y convertirte así en el último eslabón de una cadena de distribuidores).


Los productos en sí son todo un surtido de pastillas, hierbas y placebos variados; que al final acaban prometiendo curar desde la artritis hasta la potencia sexual, pasando por la celulitis (que ahora resulta que tiene cura medicinal) o su preferido, la obesidad. Es por lo visto, la panacea más completa que existe en lo que a efectos curativos respecta. Esta herbácea empresa se promociona como “un programa alimenticio completo que incluye los 108 nutrientes esenciales que nuestro organismo necesita”, aunque rara vez sus vendedores sepan nombrar dichos nutrientes y la función de cada uno en el organismo o su cantidad exacta (olvidándose de que, fíjesen qué curioso, el exceso de ciertas vitaminas puede ser perjudicial para la salud al igual que el exceso de hierro quema los árboles). Sobre esto, el 21 de Abril de 2008, el Ministerio de Sanidad ( www.msc.es ) publicó una nota de prensa a causa de nueve casos de posible intoxicación hepática. Tras lo que el Comité de Seguridad de Medicamentos de Uso Humano (CSMH) ha recomendado prevenir a los ciudadanos ante posibles nuevos casos mientras la investigación pertinente sigue su curso (*Aviso, no tengo previsto hacer ulterior seguimiento del proceso, así que esta última información puede estar ahora desfasada*).


Sin embargo el verdadero negocio no está sólo en la venta de vitaminas y productos de parafarmacia, entre tantísimas ofertas de productos milagro y de “remedios naturales” a todo; el negocio está en los propios distribuidores. Es decir, para la empresa, el beneficio surge desde el momento mismo en que uno de estos "trabajadores autónomos" compra un lote de productos. Luego da igual que los venda o no, él ya los ha pagado. El problema es que para sacarles rentabilidad necesita engañar a alguien: ante lo cual hay dos opciones.
-A: Vendérselo a algún primo que se crea que va a conseguir la dieta milagro; que va a ser precisamente él (y no otro) el que finalmente consiga saltarse las leyes de la biología consiguiendo mucho sin esfuerzo. Claro, que esto implica un problema: que hay un límite al número de primos que creen en las dietas relámpago y en la milagrosidad de todo aquello que se venda con la fotito de una planta exótica en la pegatina.
-B: Pero, ¡ah! Tranquilas, gentes que se han comido con patatas todo el lote que no han podido vender y que les ha costado una pasta. Queda otra opción: engañar a otro primo convirtiéndose en intermediario entre el distribuidor que te lo vende y el distribuidor que te lo compra. Y esto es quizás más rentable, teniendo en cuenta que de alguien que busca la dieta milagro te puedes aprovechar en verano... pero de un parado que ya no sabe qué hacer para llevar dinero a casa, de ese te puedes aprovechar todo el año.

Pues bien, esta joyita de tinglado se pone la guinda con el efecto secta que genera a su alrededor. Una vez que ya hemos engañado a un grupito para que nos compren lotes de frasquitos milagrosos, hay que hacerles permanecer en el negocio (eso sí, sin contrato ni seguridad social, por supuesto); hay que hacerles creer que sólo es el principio (porque claro, al poco tiempo se darán cuenta que la gran mayoría no gana una mierda demasiado). Entonces llegan los "cursos de formación", los "talleres de márketing" los "grupos de autoapoyo" y en fin, toda una serie de actividades con nombre de máster internacional que no son más que reuniones para reafirmarse en sus "identidades de vendedor". Es aquí donde dejamos la estafa para entrar en algo peor: la SECTA ECONÓMICA.
La magia de la persuasión y la presión de grupo hace que se acabe transformando al mundo de las ventas en una verdadera filosofía, casi una religión (simplemente se sustituye la muy vista secta que idolatra al líder o al dios X por la secta que idolatra el dinero y las ganancias). Las sesiones de grupo ("de formación") van aumentando paulatinamente, ni siquiera te das cuenta de que lo que iba a ser un trabajillo parcial para sacarte un extra se está convirtiendo en algo totalmente absorbente. Aunque como en toda secta, es difícil darse cuenta sin ayuda para el que ya está dentro. Los que te dicen que te dejes la empresa son "mentes negativas", "fracasados", "gente que no sabe lo que es arriesgarse para triunfar en la vida". En definitiva, la frecuentemente mencionada "actitud positiva" se transforma en la excusa para negar que te están estafando, que han absorbido tu tiempo libre... y tu tiempo de trabajo; para negar que tu familia o amigos tienen razón cuando te dicen que te están explotando (eso, aquellos amigos que no hayas convencido tú mismo para que se unan al negocio, como es frecuente).



En definitiva, sí, es un negocio fácil... para el que lo inventó (y para de contar). Esta variante de las estafas piramidales genera unos ingresos que han convertido a esta empresa (y supongo que a alguna más) en una multinacional capaz de sostener grandes campañas publicitarias. Igualmente se ha agenciado a diversos estómagos agradecidos con títulos en carreras de la rama de la salud que usan de aval pseudo-científico. En un mundo publicitario en el que ya no se venden las bondades de un producto sino la imagen de una marca, en el que las multinacionales del petróleo hablan hipócritamente de salvar el medio ambiente en sus anuncios y en el que ahora va a resultar que ir en coche es lo mejor que hay para parar el cambio climático; no sorprende que una empresa, que pregona los beneficios de pastillas y brebajes frente a la tediosa tarea de cuidar la dieta y ejercitarse, sea un patrocinador de eventos deportivos.


Y no sorprende que, en épocas de crisis, rebroten como setas los trileros, videntes, curanderos y, ahora, los "distribuidores" de placebos.

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